lunedì 2 settembre 2013

PROBAR,LUEGO LEER, LIBROS DE CLAUDIA NUR CALISTI

PARA LAS  CUATRO ESTACIONES

 Primavera



 Finalmente Yuriana, el hada de la primavera, llegò danzando sobre los campos, e-sparciendo su manto de flores de miles colores y nuevos brotes perfumados. Y ha-sta los pajaritos cambiaron sus gorjeos y ahora trinaban felices al cielo. Uno de el-los se posò delicadamente sobre su mano y ella lo acariciò con la mejilla. Todas las mañanas Gunilla corrìa a mas no poder, bajando por los senderos tapi-zados de hierba tierna, y luego se trepaba sobre las colinas para contemplar aquel-la extensiòn de àrboles en flor, como una gran cobija de pètalos rosa y blancos. Volvìa a la casa jadeando y risueña, con su cesto lleno de hermosas flores, con las cuales la abuela Suyay le enseñaba a hacer guirnaldas para adornar sus cabellos;  o decoraciones para la casa, desecàndolas previamente. La abuela tambièn solìa poner a secar al sol, en el umbral de la ventana, gemas de pino y guindas en azù-car que luego se transformaban en exquisitos postres. El abuelo Quico pasaba largas horas entibiàndose con los primeros soles, sentado en el banco que estaba afuera, cerca de la entrada. Mas que nada, en realidad, espera-ba la llegada del cartero con la buena noticia del regreso de Beto. Su hijo, el papà de Gunilla, habìa viajado junto a su esposa a un lugar muy lejano por una misiòn de trabajo que los habìa tenido ocupados por un año. Si bien esto lo habìa entristeci-do un poco, al mismo tiempo le habìa alegrado la vida,le habìa regalado esas cuatro estaciones con su nietita. La abuela Suyay se habìa burlado de èl, que extrañaba tanto a su hijo, pero con la llegada de Gunilla la casa se habìa llenado de alegrìa y la tristeza habìa desaparecido con las risas cristalinas de la niña y el rumor de los pasitos de sus pequeños pies. La abuela habìa encontrado en su nieta la compañera ideal para su forma mas li-bre y relajada de pensar, afectada por el  caràcter tan aprensivo de su marido y aquel mas reflexivo del hijo. Desde los primeros momentos habìa nacido entre las dos una hermosa complicidad, y el abuelo a veces se sentìa un poco excluìdo, en-tonces empezaba la competiciòn entre los dos abuelos para complacer a la niña y ganarse su cariño.  -Es necesario que comas mas fruta, mi querida, la fruta de estaciòn, y no solamente las frutillas o cerezas que tanto prefieres!. Pero Gunilla non querìa saber nada de estos consejos y menos de  comer sobre todo cierto tipo de verduras como espinacas o espàrragos .

Traductora LilianaD'Alessio

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